Las iglesias Bautistas Reformadas surgieron principalmente durante la Reforma Protestante en Inglaterra en la década de 1640. Estas iglesias mantienen los principios fundamentales del cristianismo histórico y ortodoxo, poniendo a Cristo en el centro de toda su doctrina y práctica, es decir, tienen un enfoque cristocéntrico.
La identidad bautista reformada se caracteriza por la ortodoxia trinitaria y el evangelicalismo calvinista. Esto significa que afirman la doctrina de la Trinidad—Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo—y sostienen las enseñanzas de Juan Calvino sobre la soberanía de Dios en la salvación. Creen que la salvación es un acto de gracia divina, donde Dios elige y llama eficazmente a los pecadores a través de la obra redentora de Jesucristo.
Una de las prácticas distintivas de las iglesias Bautistas Reformadas es la inmersión en el bautismo, administrada únicamente a aquellos que tienen fe en la justicia de Cristo y demuestran evidencias del nuevo nacimiento. Este énfasis se basa en el testimonio del Nuevo Testamento, donde el bautismo es una proclamación pública de fe y una representación simbólica de la muerte y resurrección con Cristo.
Además, estas iglesias suelen adherirse a confesiones de fe históricas, como la Confesión Bautista de Fe de 1689, que articulan de manera detallada sus creencias teológicas y su interpretación de las Escrituras.
En resumen, una Iglesia Bautista Reformada se define por:
- Cristocentrismo: Jesucristo es el centro de toda doctrina y práctica.
- Ortodoxia Trinitaria: Creencia en un Dios trino—Padre, Hijo y Espíritu Santo.
- Calvinismo Evangélico: Afirmación de las doctrinas de la gracia y la soberanía de Dios en la salvación.
- Bautismo de Creyentes: Práctica del bautismo por inmersión solo a aquellos que profesan fe en Cristo y muestran evidencia del nuevo nacimiento.
- Autoridad de las Escrituras: Creencia en la Biblia como la única regla infalible de fe y práctica.
- Confesiones Históricas: Adherencia a confesiones de fe que reflejan una comprensión reformada de la teología bíblica.
Estas características reflejan una comunidad de fe comprometida a vivir y proclamar el Evangelio de Jesucristo, fundamentada en la Palabra de Dios y en la tradición histórica de la iglesia reformada.