Este mensaje de la Iglesia Comunidad de Gracia, es una predicación sobre la resurrección de Jesucristo, basada en el Evangelio de Lucas, capítulo 24, versículos 1 al 12. El Pastor Hector Abraham nos presenta que en esta parte del evangelio, se narra cómo las mujeres, al ir al sepulcro en la mañana del primer día de la semana, descubren que la piedra ha sido removida y el cuerpo de Jesús no está allí. Encuentran a dos hombres con vestiduras resplandecientes que les anuncian que Jesús ha resucitado, recordándoles las palabras que dijo en Galilea sobre su muerte y resurrección.
El pastor Héctor Abraham, en su sermón, invita a la reflexión sobre este evento trascendental, destacando la importancia de la resurrección como fundamento de la fe cristiana. Hace énfasis en que la resurrección es una verdad ineludible y vital, más real que la misma existencia cotidiana, y anima a los fieles a vivir de acuerdo con esta realidad, que Jesús vive y que ellos, como creyentes, deben vivir para su gloria.
A continuacion se mencionan aspectos importantes del Sermon.
- La Resurrección AnunciadaLa resurrección de Jesús es el centro del mensaje cristiano, tal como se anuncia en Lucas 24:6-7: “Él no está aquí, sino que ha resucitado. Recuerden lo que les habló cuando aún estaba en Galilea: ‘El Hijo del Hombre debe ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y al tercer día resucitar.'”
- La Muerte y la Sepultura: El sermón menciona a José de Arimatea y cómo este, cumpliendo las profecías, ofreció su propia tumba para Jesús, como se menciona en Isaías 53:9, que predijo que Jesús sería “puesto en una tumba con los malvados, pero con un rico en su muerte”.
- La Mortalidad y el Pecado: La muerte, como consecuencia del pecado original, se aborda en el contexto de Génesis 2:17: “pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás.” Esta conexión entre el pecado y la muerte es fundamental para entender la necesidad de la redención a través de Jesucristo.
El sermón hace hincapié en que aunque los discípulos y las mujeres que fueron al sepulcro mostraron su amor y respeto preparando el cuerpo de Jesús, ninguna de estas acciones tenía valor eterno comparado con la resurrección. El acto redentor de Jesús es el foco, destacando que la vida eterna viene no de obras humanas sino del sacrificio y resurrección de Jesús.